Hace ya dos fines de semana, la manada Impeesa fue a San Mateo, más concretamente a Montaña Cabreja. ¡Fue un gran fin de semana!
Como era de esperar, a nuestros Viejos Lobos les gusta hacernos madrugar los fines de semana, y nos vimos a las 9.30 en Don Benito. Allí estaban Baloo, Bagheera y Hermano Gris, y para nuestra sorpresa, Akela esta vez se quedaba en casa, que se fue de caza hace ya un tiempo y se hizo daño en su patita, esperamos que para el próximo campamento pueda venir.
Llegamos al campamento a las 10.30, ¡ni nos mareamos ni nada! Muchos lobatos ya conocíamos el lugar, y fuimos corriendo a enseñarles los miles de recovecos que hay en el refugio. Hasta que llegó Baloo, que nos mandó a sacar las cosas de nuestra mochila para poder tenerlo todo a mano.
Como buena manada, estábamos ansiosos de empezar nuestra cacería, y empezamos a idear y a elegir qué queremos hacer este trimestre. Cómo echábamos un poquito de menos a Akela, propusimos, en la lluvia de ideas, hacerle una muleta de madera, pero todavía no nos hemos decidido que es lo que queremos hacer.
Después de comer, Inés, nos presentó su especialidad de tallerista, que consistía en pintar de una forma diferente los folios con servilletas y acuarelas. ¡Cómo mola! ¡Felicidades Inés, nos encantó tu actividad!
Al acabar, nos fuimos de aventura con Bagheera y Hermano Gris a conocer la finca, fue un pequeño pateo de reconocimiento de las zonas a las que no podíamos ir sin los Viejos Lobos. Nos llevaron a ver pollitos, algunos eran enormes, y escuchábamos a un burro, pero no conseguimos encontrarlo.
Al bajar, Baloo nos había preparado una actividad de Medio Ambiente,
¿Quién a ensuciado Montaña Cabreja?, en la que
teníamos que descubrir, mediante pistas, si la Turista, el Naturista o el Dominguero era el que estaba ensuciando la montaña. Con la ayuda de la Comisaria Benitez, encontramos al culpable y lo llevamos a juicio,pues tenemos que cuidar y respetar a la naturaleza, como nos enseñan las Máximas de Baloo.
Fuimos a abrigarnos, pues parecía que iba a hacer mucho calor, pero no, empezó a hacer un poco de frío, para luego tener un poco de tiempo libre mientras se preparaba la cena. Cenamos y como acabamos un poco tarde nos fuimos a dormir, recordando que había que cambiar la hora, ¡dormiríamos una hora más!
A la mañana siguiente, dimos un poco de guerra a Hermano Gris, que nos había dicho que no nos podíamos levantar, pero estábamos tan ansiosos por la excursión a San Mateo que no podíamos dormir. Después de acabar de hacer nuestra mochilas, limpiar nuestra habitación y coger nuestro bocadillo, pusimos rumbo a San Mateo.
Ya en el pueblo, nos dimos cuenta que estaban de fiesta, y nos unimos a ella, comimos y con tanto calor, los Viejos Lobos fueron a comprarnos un súper helado, para así poner marcha a una pequeña excursión por San Mateo, que siempre pasamos por el pueblo, pero nunca nos paramos a ver lo bonito que es. En una de las plazas, empezamos a jugar y nos sacamos un montón de fotos, para luego sentarnos a hablar un poco de cómo había ido el campamento y evaluarlo. Pero justo en ese momento, llegó la guagua que nos llevaba de vuelta a Las Palmas, cargada con nuestras mochilas y con los patrulleros de la Elefante, que habían compartido zona de acampada.
¡Qué gran campamento, nos lo pasamos estupendamente¡ ¡Viejos Lobos! ¿Para cuando el siguiente?